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jueves, 29 de julio de 2021

Hay un poder supremo
al nombrar todas las cosas:
la casa, el perro, la puerta,
el sillón dónde vemos la televisión.
Podría nombrar también al viento
que recorre la casa,
gritando siempre por todos los pisos,
las puertas de vidrio,
los juguetes que cambian de sitio
cuando no me doy cuenta,
las telarañas en el techo.
Nombrar lo que no se ha dicho,
lo que se dijo,
lo que no se dirá nunca.
Nombrar, nombrarse, nombrarnos,
hasta que el polvo de estrellas
nos despierte
y el poder del conjuro
habilite la palabra.

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