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sábado, 24 de julio de 2021

La poesía no es de nadie,
la poesía sale a bailar por las noches
en busca de almas perdidas.
Así me encontró a mí,
caminando desnuda hacia el páramo.
No tenía luz en las manos
ni corazón en la sangre.
No tenía boca en las palabras
ni cabeza en los pensamientos más absurdos.
La palabra entró como un relámpago en los huesos
y se abrieron en mí las plumas,
se abrió la mañana,
y el vacío no estaba ya solo,
la vida me palpitaba en el centro,
la vida era una ventana abierta
hacia el campo.

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