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martes, 31 de marzo de 2020

Observar la imagen en el espejo. Observar a la niña que me observa. Dejarla contemplar mi rostro, ahora cubierto de paño y cicatrices. Mi cabello con prematuras hebras plateadas. Las pupilas hondas, vacías, aunque con reflejos de recuerdos rotos.
Ella atiende mi llamado. En verdad me observa. Me mira como nunca he podido mirarla, con mucha ternura. Odio su mirada, amo su mirada. La odio de nuevo, la amo otra vez. Empiezo a verla yo también. Primero con recelo, después con algo de paz.
Tal vez es todo lo que necesito. Seguir observando. Observar la imagen en el espejo. Observar a la niña que me observa. Decirle que la recuerdo, que perdono todas las travesuras y los vidrios rotos que dejó a su paso, que la amo. Que la estoy aprendiendo a amar.

lunes, 30 de marzo de 2020

[2010]

Recostarme sobre el polvo, invocar el corazón de los poetas antiguos, escuchar aquella voz. Todo esto lo he intentado, he tenido éxito. Pero atrapar (si se pudiera) al camaleón elástico, el río donde sueña Heráclito... ¿Para qué? ¿Cómo volarían entonces las mariposas? ¿Cómo contemplaríamos la danza de las aves en el cielo? Muchos lo desean, detener para siempre las manecillas del reloj. Yo no, yo  quiero que el Sol me pinte los cabellos, que la niña se haga mujer, madre, abuela, que la tierra envejezca, escribir lo que nos dicte el silencio, esperar la noche, ser polvo de estrellas, volver al instante mismo en que el relámpago de la conciencia nos alumbró. Todo a su tiempo.

viernes, 27 de marzo de 2020

Odio estar cerca del fuego, prefiero los días lluviosos y grises, mejor aún, esos días fríos y secos en que el aire helado te toca la piel y los pulmones. Es cuando más viva me siento. Últimamente el viento escasea. Poco importa que afuera llueva, esté templado o se sienta un calor insoportable. El mejor lugar hoy es en la casa. Ahí adentro el clima siempre es perfecto. Extraño, sí, las noches de luna llena y los atardeceres violetas. Guardo su imagen como un tesoro invaluable en mi memoria. Entre tanto, disfrutaré de la magia del encierro, el estrépito de tres risas inigualables y el delicioso olor a pan casero recién horneado.

miércoles, 25 de marzo de 2020

[2009]

Ellos bailan, cantan, se agitan. Les vibran los cuernos, la cola les arde. En las pezuñas llevan canastas con cerezos. Se los pasan de boca en boca. Los muerden, los saborean, se los tragan. De nuevo bailan, cantan, se agitan. Se abrazan, se besan. El jardín de los cerezos está de fiesta. Los demonios han salido a parrandear.

martes, 24 de marzo de 2020

Vuelvo a la jaula sólo para romper la llave
donde tantos soles y tantas lunas dormí
soñando con murciélagos y unicornios.
No vine para quedarme de nuevo,
con el tiempo he aprendido a amar los espacios vacíos,
la belleza del silencio mezclándose con mi risa.
Estoy a un paso de la muerte
pero no me importa.
Siempre me gustaron los cuchillos.
Andaré descalza sobre el asfalto
o sobre el fuego
pisaré cada trozo de tierra que encuentre
después extenderé las alas
y perseguiré la luz
donde ningún cerrojo me muerda las entrañas.

lunes, 23 de marzo de 2020

Como en una tumba [2006]

Que se queden dentro de mí los espinos, las noches sin luna de tristes memorias, los ayeres dorados de pálidos pétalos, los rasgueos infinitos de una negra guitarra. Que se queden dentro de mí la nostalgia, el llanto del ruiseñor que quema como lluvia, el brillo de las estrellas que se esfuma como niebla, los destellos de un sol tenue, las rosas. Que se queden en mi interior la poesía, el calor de los cuerpos destazados, el blanco helado de las flores de invierno. Que se quede en mí la eternidad.

jueves, 19 de marzo de 2020

Un ente extraño llama a la puerta. Ahora se ha formado un pequeño bucle en cada habitación. La casa ya no es un lugar seguro. El cuerpo ya no es un lugar seguro. Los abrazos escasean, la vida peligra. Es hora de cerrar las ventanas. El sol volverá con suerte mañana, para quienes sigan teniendo abiertos los ojos.

viernes, 6 de marzo de 2020

- Una vez quise soltar tu mano.

La niña agranda sus ojos y me ve como si fuera la primera vez que lo hace. Las alas de mariposa siguen amarradas a su espalda. Se sienta bajo los árboles, los mismos árboles que la cobijaron la última vez que estuvimos juntas. La luna también está en su sitio. No se ha movido un solo milímetro. Los pájaros rondan nuestras cabezas. Nos observamos detenidamente. Las arañas han mudado sus vestidos. Ya no nos muerden los dedos. Ahora nos tejen cuentos, remiendan recuerdos rotos. En el jardín ya no hay manzanas con clavos, en el jardín hay sólo rosas que sangran. La niña se encoge de hombros, yo le abrazo. Limpio el barro en sus manitas. Camino con ella, lejos de la muerte, lejos de las voces que repiten como un mantra “regresa”.

jueves, 5 de marzo de 2020

Cartas a J.E.

Querida hija

Estoy imaginando cómo me gustaría que fueras cuando seas adulta. Lo que mi corazón desea para ti. Ahora mismo te imagino radiante y hermosa, con esa sonrisa pícara que tienes enmarcando tu rostro. Tu inteligencia y capacidades desarrolladas al máximo. Te imagino fuerte, valiente y atrevida. Lo que más deseo para ti, es que no sientas miedo de ser quien eres, que te puedas expresar libremente sin temor al rechazo, sin que sientas culpas que no te corresponden. Que seas tú misma y te sientas orgullosa de eso. Quiero que tu futuro sea brillante, con muchas puertas. Y que tú tengas la capacidad para elegir la puerta que más quieras y te guste, sin que nadie te condicione o te ponga límites. Deseo que te sientas amada y valiosa, que te quieras a ti misma lo suficiente como para sentirte plena, tengas o no a alguien a tu lado. Que nunca pierdas ese toque de bobería que a veces usas cuando estás contenta y con el que esparces tu alegría a los demás. Que nunca pierdas y potencialices tu maravillosa capacidad para amar. Deseo que explores el mundo a la medida de tus pasos. Deseo que te propongas metas y que las logres, que hagas lo que te gusta, aquello que te haga sentir libre y feliz. Quiero que seas poderosa, que creas en ti y que no dejes que ningún comentario negativo te quite tu poder. Que no tengas miedo de equivocarte. Y que si te equivocas, te levantes e intentes otra vez o inventes cosas nuevas. Quiero que sueñes, que vueles y que aterrices cada vez que desees hacerlo y puedas alzar el vuelo otra vez. Que rías mucho, que llores poco. Que resistas al dolor pero no lo busques, que no dejes que te lastimen. Que aprendas de las caídas y te vuelvas más fuerte con ellas. Que no te enganches por errores del pasado. Que sigas caminando siempre hacia adelante. Que cuando tengas dudas, te acerques a Dios, sea cual sea tu concepto de él. Quiero que ames la vida, tu vida, y que la disfrutes al máximo. Quiero que ahora y siempre sepas que te amo.