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viernes, 5 de mayo de 2017

"Un ruiseñor nos tiene en su garganta"
-Julia de Burgos-


A veces, imagino que el mundo gira más despacio y el tiempo en que nos movemos es más rápido de lo que percibimos. Y mientras vagamos de aquí para allá buscando a la deidad que nos creó, persiguiéndole sin alcanzarle nunca, sin llegar a comprenderle nunca, un ave gigantesca nos resguarda en su interior. La humanidad es un sonido y nosotros somos su canto. Mientras el pájaro canta, respiramos, sonreímos. Cuando el pájaro guarda silencio, regresamos a la oscuridad, encontramos la muerte. Pero resulta que el pájaro siempre canta, con alegría, mueve sus alas, se agita, descansa, duerme, se despierta y una y otra vez, siempre vuelve a cantar.