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miércoles, 21 de julio de 2021

Nunca he podido pisar tierra firme.
Cómo a una mosca herida,
me brotan alas.
Salto de tres en tres los grandes edificios,
salto al interior de los espejos.
Regreso luego con la piel tatuada
de todos los viajes infinitos,
con los ojos blancos de sabiduría.
Surgen mil preguntas en las yemas de los dedos,
cómo si tocar el universo no hubiese bastado
para existir.

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