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miércoles, 27 de febrero de 2019

La poesía: mi camino, mi destino

Virginia hace que me cuestione seriamente si soy capaz de escribir sin quejas, sin frustraciones, sin rastros de amargura. Cuando dejé de mirar hacia afuera y empecé a buscar dentro de mí, la poesía fluyó de manera más libre y sincera. Virginia hace que me cuestione también si ésta es la verdadera libertad que estoy buscando. El ave no está en el cielo, aletea con furia en mi corazón. Descubro que para liberarla, tengo que seguir escarbando en lo profundo, hasta quitar todos los escombros.

martes, 19 de febrero de 2019

Esto es hacerse poesía:

dejar que la sangre corra libre por las piernas
y que el viento se lleve nuestro aroma
hasta el centro de la tierra

sábado, 9 de febrero de 2019

Quiero pulir la poesía

Pero me espera un perro en la puerta de la casa, vasijas sucias, ropa en el cesto, polvo en el suelo. No hay tiempo para hacerse una con los faunos, no hay tiempo para recostarse en la ladera. El diccionario está muy lejos de mis manos y no conozco palabras lindas con las que pueda decirlo de otra forma. Aquí pesa el tiempo, pesa mucho. La carne es la única puerta a la que hay acceso, desde las cinco de la mañana. Esa carne que se pudre lentamente bajo el sol. Ya no recuerdo cómo es que hay que amasar para triturar los huesos y hacer con ellos una buena pócima para volver del mundo de los muertos. Hoy no habrá caldo de pollo en la mesa, habrá un cadáver exquisito revoloteando con furia en mis pupilas.