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viernes, 18 de marzo de 2016

AQUÍ, AHORA

Ya no hay curvas suaves. Hay pliegues, manchas, rasgaduras en la piel. Un cuerpo en descomposición que deambula buscando, a tientas, las alas de un pájaro azul, lo absoluto. Hace poco lo encontré arrinconado en mi cintura, lo que queda de ella. Debajo de mis pechos, junto al corazón. Y descubrí que no era nada del otro mundo. Apenas un leve zumbido. Ni siquiera un aleteo. El paraíso está en las cosas más simples, los pequeños detalles. En el espejo se cierne una sombra, una luz mortecina. Soy yo emergiendo nuevamente desde mis huesos, desde mi voz apagada, con rostro sonriente. Las cicatrices se van cerrando mientras sangran todavía y alumbran con fuertes estertores a la mujer plena, feliz.

miércoles, 2 de marzo de 2016

ANTES DE LA VIOLENCIA DEL OTOÑO

Para que la humanidad despierte

¿Cuánto tiempo tarda en sanar una herida?

Antes de la violencia del otoño
nos encantaba viajar a lomo de luciérnagas
de ahí la vuelta al mundo constaba de siete días
en los céspedes rondaban mariposas
sus alas transformaban las montañas en cenizas.

Una noche nos parecía la eternidad.
La eternidad estaba anclada en los tobillos.

No nos preocupó la tromba ni la brújula saliente de los ojos
nos ocupaba más el torbellino
que se formaba alrededor de nuestros vientres.

Así se formó la ausencia
un caminar errante hacia la nada
al final de todo los escaparates
luciendo cabezas y cuerpos rotos
de sabiduría.

martes, 1 de marzo de 2016

AL FONDO DE MI VIENTRE HAY UNA PALABRA

Al fondo de mi vientre hay una palabra,
pequeñita, pequeñita, apenas visible.
No me atrevo a nombrarla abiertamente.
Esa palabra es sagrada, luminosa.
Esa palabra se parece a ti, reducido a polvo,
reducido a clavos sobre carne, doliente.
No hay otra forma de decirla,
una se tiene que coser alas en la espalda
y lanzarse al risco. Ser la nada,
dejarse abrazar por la muerte, caer, caer,
esa palabra significa vivir.