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martes, 31 de marzo de 2020

Observar la imagen en el espejo. Observar a la niña que me observa. Dejarla contemplar mi rostro, ahora cubierto de paño y cicatrices. Mi cabello con prematuras hebras plateadas. Las pupilas hondas, vacías, aunque con reflejos de recuerdos rotos.
Ella atiende mi llamado. En verdad me observa. Me mira como nunca he podido mirarla, con mucha ternura. Odio su mirada, amo su mirada. La odio de nuevo, la amo otra vez. Empiezo a verla yo también. Primero con recelo, después con algo de paz.
Tal vez es todo lo que necesito. Seguir observando. Observar la imagen en el espejo. Observar a la niña que me observa. Decirle que la recuerdo, que perdono todas las travesuras y los vidrios rotos que dejó a su paso, que la amo. Que la estoy aprendiendo a amar.

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