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lunes, 30 de marzo de 2020

[2010]

Recostarme sobre el polvo, invocar el corazón de los poetas antiguos, escuchar aquella voz. Todo esto lo he intentado, he tenido éxito. Pero atrapar (si se pudiera) al camaleón elástico, el río donde sueña Heráclito... ¿Para qué? ¿Cómo volarían entonces las mariposas? ¿Cómo contemplaríamos la danza de las aves en el cielo? Muchos lo desean, detener para siempre las manecillas del reloj. Yo no, yo  quiero que el Sol me pinte los cabellos, que la niña se haga mujer, madre, abuela, que la tierra envejezca, escribir lo que nos dicte el silencio, esperar la noche, ser polvo de estrellas, volver al instante mismo en que el relámpago de la conciencia nos alumbró. Todo a su tiempo.

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