Páginas

viernes, 2 de octubre de 2020

Octubre ha llegado con sus dos lunas a cuestas. Sigue gustándome el silencio, los lugares oscuros, el resplandor de la luz, colándose por pequeños huecos en la puerta. Escribir es una constante, debe serlo si quiero sobrevivir.
La música continúa siendo el veneno, la morfina con la que aquieto las ansias, el vehículo para viajar a ese espacio sin tiempo en el que puedo refugiarme y alimentarme de paz.
He tenido días largos y grises, días de sueños repletos de sombras y símbolos, días sin deseos, días vacíos.
Hoy estoy y no quiero estar, no dejaré que esto me perturbe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario