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viernes, 20 de septiembre de 2019

A veces no sé qué escribir. Otras veces quiero escribirlo todo. Cuando las palabras llegan alguien dice que están mal. Esas palabras deben quedarse en casa. Pero yo no quiero vivir en un cajón. Estoy cansada de deambular en la oscuridad. Mis palabras necesitan aire. Mis pulmones también. He pasado tanto tiempo en las sombras que llegué a creer que yo misma era toda tinieblas. Parte de mí lo es. Pero en mi corazón también hay luminiscencia. Ahora lo sé. En realidad soy la luz que nace de la negra noche.

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