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martes, 22 de agosto de 2023

 


Hay demasiado qué contar. Despacio, he aprendido a entender y vivir el tiempo en espiral, el tiempo no lineal, expandido. Mejoran muchos aspectos de nuestra vida cuando empiezas a practicarlo. Dejas de ver las manecillas del reloj como enemigas, y por el contrario, se vuelven tus aliadas. Aprendes a vislumbrar lo asombroso de la omnipresencia. No en el sentido de creerse Dios, sino de comprender que en realidad puedes estar en varios lugares a la vez. Y sentirte plena, en lugar de agobiada por ello.
Este verano, disfruté de unas vacaciones maravillosas, acompañada de un buen número de integrantes de mi familia. Disfruté, sobre todo, convivir con mi hija y mis hijos. Pero también disfruté convivir conmigo misma.
Restaurada la energía, regresé a “la realidad”: el trabajo, las labores domésticas. Se avecina el caos del regreso a clases y el correteo diario. A diferencia de otros años, no me siento estresada. Me siento más bien con la energía apropiada y suficiente para enfrentar toda la locura y peripecias que esto conlleva, me siento feliz y naturalmente preparada para seguir viviendo el tiempo en espiral.

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