Páginas

jueves, 10 de octubre de 2019

Nuevamente contemplaba la luna con profunda nostalgia. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que esa esfera había estado tan iluminada como en aquellos días en los que sus alas brillaban todavía con el destello de sus rayos de plata, cuando podía ir y venir por el firmamento en vuelo libre. Pero esos días habían terminado. Renunció a ellos por el amor a un ser humano. No se arrepentía. De nuevo daría su poder y sus alas para salvar a aquél niño de una muerte prematura, pero eso no evitaba la dulzura que traía a su corazón aquellas memorias. Recordar la hacía sentirse viva. La luna le daba además un poder nuevo. El poder de volar sin alas a través de los sueños. Y esa sería su propia salvación. Estaba decidida. Volaría al portal de los sueños y recuperaría sus alas, recuperaría la magia que intuía, pese a la oscuridad del mundo, aún existía en su interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario