Páginas

viernes, 22 de marzo de 2019

Debo entrar a mi cabeza y arrancar de ahí todas las palabras posibles, hacer con ellas ramilletes de flores o esqueletos de pájaros. La sed de poesía me quema el paladar. En casa y en el cuerpo, hay un cansancio letal. En el alma, tengo el deseo de seguir nadando. Guardo la esperanza de que al tocar el fondo del océano, una lluvia de burbujas salinas me transporte a la alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario