sábado, 5 de diciembre de 2020
no he pisado nunca una calle más allá de las grandes aguas,
pero salgo a la luz cada día,
encuentro la sombra de todas las mujeres
en las boronas que se quedan
en el colchón de la cama,
en los restos de grasa y comida sobre la mesa,
en la imagen que devuelven los espejos.
Estoy en todas ellas.
Somos el eco de una misma historia
que jamás se ha contado
sin ediciones.
miércoles, 25 de noviembre de 2020
Se supone que debo permanecer en casa, pero el deber me llama. No importan los peligros, no importa la mala energía de la gente. Hoy es 25 de noviembre y tengo que salir a la calle, tengo que decir alto a la violencia. No más mujeres maltratadas, no más mujeres reducidas a un bulto de carne ensangrentado y disuelto en el olvido.
martes, 24 de noviembre de 2020
lunes, 23 de noviembre de 2020
jueves, 19 de noviembre de 2020
domingo, 1 de noviembre de 2020
Trick or treat
viernes, 30 de octubre de 2020
sábado, 17 de octubre de 2020
Me acostumbré a decir sí todas las veces desde aquella tarde en que no saludar se convirtió en grosería. Yo no quería ser niña mala, quería unas alas resplandecientes y una aureola, igual que todos esos angelitos que siempre lucían hermosos e impecables. Pero mi vestido no era blanco, tenía sangre en las rodillas y tierra en las manos. Trepar a las bardas se me daba bien, lo mismo que andar a gatas bajo la mesa de la cocina o el comedor de la sala. Me sentía más a gusto en los rincones oscuros, en los lugares no aptos para los adultos. Allí podía decir que no, que no me gustaba saludar desconocidos, que detestaba la cebolla y el hígado, tampoco me agradaban las reuniones ruidosas con olor a cigarrillo. Lo que yo quería, lo que en verdad quería, era jugar.
jueves, 15 de octubre de 2020
He tenido noches sin descanso, noches en que siento que la luna me absorbe la energía y habla un idioma que yo no comprendo. En esas noches mi cuerpo cansado, mi alma cansada, no es capaz de entender nada. Respiro despacio, muy despacio, veo la oscuridad que me rodea, la veo. Observo lo que me rodea en la oscuridad, redescubro los rayos de la luna que intentan sanarme. Abro mis ojos a su luz plateada, mis oídos a su canto. Respiro despacio, cuento mis latidos, los acoplo a la melodía que me envuelve y me abraza. La luna es mi madre y yo soy la perla que brota de su vientre tras el aullido del lobo. Respiro profundamente. Me uno en la oscuridad a la luz. Sonrío. Alcanzo la paz.
miércoles, 14 de octubre de 2020
Habito la marea. Hay mañanas en que el agua, como una cuna líquida, me adormece. Otros días, las olas son tan fuertes que azotan mi cuerpo contra las rocas. Como un crustáceo, resisto, aferro mis raíces, me sumerjo en lo profundo del océano para evitar la furia del mar. Pasado un tiempo, regreso a la superficie, el canto de las sirenas crea murmullos apacibles y soy mecida entre poemas de espuma. Caigo en un sueño hermoso y tierno. Duermo, sueño, se vuelve difícil despertar.
viernes, 9 de octubre de 2020
lunes, 5 de octubre de 2020
sábado, 3 de octubre de 2020
viernes, 2 de octubre de 2020
La música continúa siendo el veneno, la morfina con la que aquieto las ansias, el vehículo para viajar a ese espacio sin tiempo en el que puedo refugiarme y alimentarme de paz.
He tenido días largos y grises, días de sueños repletos de sombras y símbolos, días sin deseos, días vacíos.
Hoy estoy y no quiero estar, no dejaré que esto me perturbe.
martes, 29 de septiembre de 2020
viernes, 25 de septiembre de 2020
Cruces de caoba [2004]
Las maderas viejas susurran breves cantos que se inclinan ante los muros de seda donde el mar abre sus alas de hilo plateado. El sol esconde pájaros de tela oscura. Arrodillados sobre piedras, los niños de papel crepé acarician los murmullos. Sus cuerpos son como muñecos de cera derretida. Los tambores están mudos de tanto gritar, llorar condenaciones y miseria. Los niños siguen encerrados, sosteniendo entre los dedos apenas un puñado de arena.
jueves, 24 de septiembre de 2020
Plegaria [2003]
domingo, 20 de septiembre de 2020
Algunas personas dicen que las estrellas guían nuestro destino. Otras, que el destino se forja en el camino. Por mucho tiempo tuve miedo de avanzar. Miedo de que al avanzar, la muerte estuviera a la vuelta de una curva, esperándome. Ahora sé que la muerte me acompaña todo el tiempo, no como una enemiga, sino como una aliada. La muerte es el principio del cambio. La única forma de cruzar el camino es adentrándose en las sombras. Es en la oscuridad donde nos encontramos con nosotros mismos, con nuestra peor faceta, a la que confundimos con la muerte. El caos es el camino para encontrar la luz. Hemos de atravesar la muerte y convertirnos en estrellas para poder brillar.
jueves, 17 de septiembre de 2020
miércoles, 16 de septiembre de 2020
martes, 15 de septiembre de 2020
lunes, 14 de septiembre de 2020
domingo, 13 de septiembre de 2020
Imposibilidad de nadar en la luz. Canto y muerte. Sueño y sombras. Letras, alaridos, silencio. El poema abre la carne y sale a la superficie.
viernes, 11 de septiembre de 2020
jueves, 10 de septiembre de 2020
con un vestidito azul sobre el regazo.
miércoles, 9 de septiembre de 2020
martes, 8 de septiembre de 2020
otras que escriben en el viento, en la arena, en la lluvia.
Yo escribo con sangre en la carne,
escribo lo que no sé decir.
sábado, 22 de agosto de 2020
Hechizo
jueves, 20 de agosto de 2020
miércoles, 5 de agosto de 2020
Antídoto contra la diabetes
martes, 4 de agosto de 2020
lunes, 3 de agosto de 2020
con negro y blanco extremosos,
que a un mismo tiempo aprendí
infierno y cielo tortuosos.
- Pita Amor -
Muchas escritoras que he leído hablan de está duplicidad, de esta búsqueda incansable. Comprendo entonces el infierno de Quevedo, construido específicamente para los escribas. Cientos de veces me he perdido en este mismo laberinto. Cientos de veces me he hecho las mismas preguntas, he llegado a las mismas conclusiones, aunque por caminos distintos. Sin embargo, cada pieza es única. Cada una de nosotras ha sido elaborada con su propia masilla, en su propio tiempo, cada una con distinto color y forma, cada una con un olor diferente, con ingredientes diferentes. Todas estamos muriendo. Y todas estamos vivas, buscando el sitio a dónde pertenecemos.
domingo, 2 de agosto de 2020
viernes, 17 de julio de 2020
miércoles, 8 de julio de 2020
Incendio
No tengo un proceso creativo rígido. Se amolda de acuerdo a mis necesidades. El tiempo es vital cuando eres madre de tres hijos. En muchas ocasiones he leído que cada quien tiene su propio ritmo y su propia forma de abordar la escritura. A veces leo para inspirarme, otras veces escucho música. Hay días en que la creatividad se enciende sola. Las palabras vienen naturalmente a mi encuentro, sin que las invoque. Otros días tengo que trabajar duro hasta que encuentro las letras precisas. Lo más importante de la escritura son sus efectos. Las palabras me ayudan a vivir.
En mi corazón hay muchas heridas que necesitan sanar, muchos recuerdos dolorosos. Las he guardado en mi memoria demasiado tiempo. Han estado ahí amontonándose, empolvándose, haciendo más y más pesada la carga. Se han convertido en un semillero de emociones negativas, un cultivo para la oscuridad. Es tiempo de desalojar el trastero, encender un hermoso fuego, quemarlo todo, todo, hasta que aparezcan las alas.
domingo, 5 de julio de 2020
sábado, 4 de julio de 2020
viernes, 3 de julio de 2020
Pájaro a pájaro me van naciendo las plumas
¿Y tú, ya comenzaste a escribir?
jueves, 2 de julio de 2020
martes, 30 de junio de 2020
viernes, 19 de junio de 2020
El silencio me llama
al borde del delirio
intento no perseguirle.
La tentación llama a mi puerta.
He decidido no salir a su encuentro.
En cambio he de amar a la muerte
hasta el punto de dejarla ir tras otra sombra
para que sea la vida
la que venga hacia mí.
jueves, 11 de junio de 2020
Maestra espiritual
Amo su dramatismo. Amo cómo utiliza su talento histriónico para enseñarme. Porque lo que hizo fue eso, darme una lección.
"¿Hace cuanto no te revuelcas en el zacate? ¿Hace cuánto no juegas? ¿Hace cuánto no cantas y bailas aunque los demás piensen que lo haces feo? ¿Hace cuánto que no giras y giras hasta marearte y caer al suelo? ¿Hace cuánto no haces lo que te gusta? ¿Hace cuánto no brincas tan alto hasta alcanzar las nubes con tus manos? ¿Hace cuánto?"
Esas y muchas más preguntas me arrojó a la cara con gran fuerza que me derrumbó.
"Yo no quiero ser adulta. Sé que hacerse adulta es parte de crecer, pero yo no hablo de eso. Yo hablo de las personas que son adultas porque han dejado que su niño interior muera. Esos adultos que fingen estar felices cuando no lo están, que no ríen, que van a una fiesta y sólo están ahí sin hacer nada. No sé divierten, ni siquiera cuando van al parque o a comer helado. Esa clase de adultos. Esos adultos que sólo se preocupan por estar guapos, por verse bien, por trabajar, por hacer lo que se tiene qué hacer, por ganar dinero. Esos adultos dejan que si niño interior se pierda. Las hojas del árbol de chocolate se marchitan. Aparece delante de ellos un escritorio lleno de hojas y hojas tan altas que llegan al techo y su corazón se va haciendo chiquito, chiquito. A veces cuando estoy cerca de una persona así se me va también un poquito de mi niña. ¿Porqué en lugar de decirnos a las princesas cómo cuidar a los más chiquitos no nos cuentan cuentos en donde una princesa guerrera defiende a los más chiquitos? Yo no quiero ser una adulta. Por eso juego, juego".
Muchas más palabras sabias me compartió mi hija de siete años. Después llevó a cabo un acto de heroísmo. Me pidió que abriera mi boca y de la suya sacó un arcoiris. Lo guió con sus manos a la mía y me pidió que lo comiera.
"Ahora tienes un pedacito de mi niña interior en ti".
No pude hacer otra cosa que abrazarla y decirle que la amo. Agradecerle por ser mi maestra.
Es curioso. Mi hija insiste en que no quiere ser adulta. Pero ahora sé, que es mucho más adulta que yo.
miércoles, 10 de junio de 2020
martes, 9 de junio de 2020
Incertidumbre
lunes, 8 de junio de 2020
El cuerpo del poema
La muerte me llama
en sueños melancólicos
voy tras la palabra
voy tras el sueño
más lúcido que lo lúcido
me derramo
grito, me revuelco
voy tras la palabra
miércoles, 3 de junio de 2020
jueves, 28 de mayo de 2020
sábado, 23 de mayo de 2020
miércoles, 20 de mayo de 2020
jueves, 7 de mayo de 2020
[2007]
miércoles, 6 de mayo de 2020
Hastío
domingo, 19 de abril de 2020
Mi magdalena
jueves, 9 de abril de 2020
Contemplación a la orilla del lago [2009]
Cada mañana, cada silencio se apodera de nosotras. Cada luna, cada estrella, la poesía nos carcome, nos bebemos la sal y el azúcar, nos quedamos en tinieblas.
Ésta es mi voz, me reclamas. Ésta soy yo, me revientas. Ésta somos todas, las que fuimos y dejamos de ser, las que seremos de aquí en adelante.
Ahora te despiertas en mitad de la nada, te sientas frente al lago, te miras, te contemplas, esperas que el agua se divida y te muestre lo que eres. Quisieras ver un fantasma, quisieras ver un cisne, quisieras, pero todo se queda en el deseo. Nada viene hacia ti, nada te trae palomas o flores, nada un poema derretido. Todo lo que tienes son las llamas, la furia, la soledad que nunca te abandona, la soledad que se cuelga de tus huesos.
¿Cuándo volveremos a estar juntas?¿Cuándo saldrás de detrás de los espejos?¿Cuándo emergerás hacia la luz? Aquí se nos enreda todo: el lenguaje, los sonidos, los silencios.
¿Cuándo nos traerás la armonía? Hasta que el agua se consuma del todo, hasta que las cenizas se despeguen de los labios, nuestra piel, el pedazo de sombra en que nos hemos convertido, alcanzará el borde de la plenitud.
miércoles, 8 de abril de 2020
- Alejandra Pizarnik -
He decidido tomar prestadas aquellas frases que me signifiquen algo. Después de todo, esto no es literatura, es terapia. ¿Cuántas veces he tenido esta sensación? Desparecer poco a poco en la realidad, volverme transparente, cruzar el portal que divide este universo de todos los universos. Volar. Ha sido una constante en mi vida viajar de aquí para allá a voluntad o sin ella, como si caminara de una habitación a otra. No sé si es un don o una maldición. Ver detrás del viento y las paredes, contemplar con claridad lo que no está a la vista de nadie más que mis ojos. Sumergirme en ese sopor. Volver del laberinto empapada de lluvia, risueña, más ligera. Con alas.
martes, 7 de abril de 2020
Sueño [Fragmentos}
Un viaje por caminos extraños.
En cierto momento, una camioneta de color azul se acerca a nuestro mueble y nos baja del auto.
Me ponen una pistola en la sien. El dedo en el gatillo.
De verdad creo que es el fin y aprieto los ojos.
El tipo se apiada o se arrepiente o algo. No dispara.
Corremos. Corremos por caminos más extraños aún.
Veo una casa, mi casa. Con tintes de hacienda antigua. Las paredes rojo chile, como ciertos árboles.
Entramos. Adentro animales. Tortugas, conejos, ambos en formación.
De nuevo hay peligro. No sabemos qué. Huimos.
Saltamos sobre los tejados. Damos saltos enormes.
Cuando creo que avanzamos suficiente volteo.
Todavía puedo ver la casa de color rojo chile.
lunes, 6 de abril de 2020
viernes, 3 de abril de 2020
El jardín de mis abuelos
El recuerdo más vívido que tengo de mi infancia es de cuando tenía unos ocho o nueve años. En ese entonces, había en la casa de mis abuelos paternos un hermoso jardín poblado de plantas y flores. Una parte del jardín estaba enmarcado por un gran nogal, enseguida del cual había matas de chile piquín y cilantro. En la otra parte del jardín, había tuyas, rosas, amor de hombre y unas florecitas de color fiucha llamadas vincas. Esas eran mis favoritas. Había también, a lo largo del zacate un caminito ondulado de color rosa, parecido al camino amarillo de la tierra de Oz, que terminaba en un farol.
Recuerdo haber jugado en ese jardín muchas veces durante mi niñez. Me gustaba imaginar que además de conducir a la tierra de Oz, el caminito rosa era también un portal al mundo de Alicia en el país de las maravillas. De hecho, era el camino a un montón de universos mágicos. Todos los días, después de hacer mis tareas, me iba a jugar al jardín y cruzaba el camino para viajar a donde me diera la gana. Pasaba horas ahí. Hasta que daban las cinco o seis de la tarde. A esa hora, mi abuelo salía de la casa a encender el farol. Eso significaba una sola cosa. Pronto empezaría a oscurecer y cuando oscurecía aparecían las sombras y los monstruos, por lo que había que emprender el regreso a casa cuanto antes.
No recuerdo en qué punto de mi vida fue que dejé de visitar el jardín. Para cuando me di cuenta, el zacate y el camino rosa ya habían desaparecido y se habían transformado en un piso de cemento que servía para estacionar el coche de mi abuelo.
Cuando pienso en ello siento tristeza por mis hijos, por mi hija, porque no tuvieron la oportunidad de cruzar por el camino rosado y conocer los mundos mágicos que yo visité. Ellos viajan ahora a otros mundos, menos aburridos según sus palabras. Viajan en cuestión de segundos a través del Internet, sin siquiera salir de casa. Les observo viajar por la Red a miles de universos y veo su sonrisa, pero no veo ese brillo de alegría que sé había en mis ojos cuando estaba en el jardín.
También es posible que esté equivocada y mis hijos sientan la misma alegría que yo sentía en aquellos días, aunque de modo diferente. Tal vez es sólo que yo ya no soy una niña y he perdido la capacidad de asombro ante las cosas.
Lo bueno es que siempre he sido un poco rebelde. Los días se me pasan en un abrir y cerrar de ojos entre el trabajo, las labores domésticas y el tiempo que se nos viene encima. Pero a veces, por las noches, me escapo entre sueños al caminito rosa en el jardín de mis abuelos, lo cruzo de nuevo como en mi infancia y visito aquellos universos mágicos que tanto amé cuando era niña, claro, hasta que el farol de mi abuelo se enciende. Entonces emprendo el regreso a casa. No sea que los monstruos también sean un poco rebeldes. Y les de por perseguirme incluso en los sueños.
martes, 31 de marzo de 2020
Ella atiende mi llamado. En verdad me observa. Me mira como nunca he podido mirarla, con mucha ternura. Odio su mirada, amo su mirada. La odio de nuevo, la amo otra vez. Empiezo a verla yo también. Primero con recelo, después con algo de paz.
Tal vez es todo lo que necesito. Seguir observando. Observar la imagen en el espejo. Observar a la niña que me observa. Decirle que la recuerdo, que perdono todas las travesuras y los vidrios rotos que dejó a su paso, que la amo. Que la estoy aprendiendo a amar.
lunes, 30 de marzo de 2020
[2010]
viernes, 27 de marzo de 2020
miércoles, 25 de marzo de 2020
[2009]
martes, 24 de marzo de 2020
donde tantos soles y tantas lunas dormí
soñando con murciélagos y unicornios.
No vine para quedarme de nuevo,
con el tiempo he aprendido a amar los espacios vacíos,
la belleza del silencio mezclándose con mi risa.
Estoy a un paso de la muerte
pero no me importa.
Siempre me gustaron los cuchillos.
Andaré descalza sobre el asfalto
o sobre el fuego
pisaré cada trozo de tierra que encuentre
después extenderé las alas
y perseguiré la luz
donde ningún cerrojo me muerda las entrañas.
lunes, 23 de marzo de 2020
Como en una tumba [2006]
jueves, 19 de marzo de 2020
viernes, 6 de marzo de 2020
La niña agranda sus ojos y me ve como si fuera la primera vez que lo hace. Las alas de mariposa siguen amarradas a su espalda. Se sienta bajo los árboles, los mismos árboles que la cobijaron la última vez que estuvimos juntas. La luna también está en su sitio. No se ha movido un solo milímetro. Los pájaros rondan nuestras cabezas. Nos observamos detenidamente. Las arañas han mudado sus vestidos. Ya no nos muerden los dedos. Ahora nos tejen cuentos, remiendan recuerdos rotos. En el jardín ya no hay manzanas con clavos, en el jardín hay sólo rosas que sangran. La niña se encoge de hombros, yo le abrazo. Limpio el barro en sus manitas. Camino con ella, lejos de la muerte, lejos de las voces que repiten como un mantra “regresa”.
jueves, 5 de marzo de 2020
Cartas a J.E.
Estoy imaginando cómo me gustaría que fueras cuando seas adulta. Lo que mi corazón desea para ti. Ahora mismo te imagino radiante y hermosa, con esa sonrisa pícara que tienes enmarcando tu rostro. Tu inteligencia y capacidades desarrolladas al máximo. Te imagino fuerte, valiente y atrevida. Lo que más deseo para ti, es que no sientas miedo de ser quien eres, que te puedas expresar libremente sin temor al rechazo, sin que sientas culpas que no te corresponden. Que seas tú misma y te sientas orgullosa de eso. Quiero que tu futuro sea brillante, con muchas puertas. Y que tú tengas la capacidad para elegir la puerta que más quieras y te guste, sin que nadie te condicione o te ponga límites. Deseo que te sientas amada y valiosa, que te quieras a ti misma lo suficiente como para sentirte plena, tengas o no a alguien a tu lado. Que nunca pierdas ese toque de bobería que a veces usas cuando estás contenta y con el que esparces tu alegría a los demás. Que nunca pierdas y potencialices tu maravillosa capacidad para amar. Deseo que explores el mundo a la medida de tus pasos. Deseo que te propongas metas y que las logres, que hagas lo que te gusta, aquello que te haga sentir libre y feliz. Quiero que seas poderosa, que creas en ti y que no dejes que ningún comentario negativo te quite tu poder. Que no tengas miedo de equivocarte. Y que si te equivocas, te levantes e intentes otra vez o inventes cosas nuevas. Quiero que sueñes, que vueles y que aterrices cada vez que desees hacerlo y puedas alzar el vuelo otra vez. Que rías mucho, que llores poco. Que resistas al dolor pero no lo busques, que no dejes que te lastimen. Que aprendas de las caídas y te vuelvas más fuerte con ellas. Que no te enganches por errores del pasado. Que sigas caminando siempre hacia adelante. Que cuando tengas dudas, te acerques a Dios, sea cual sea tu concepto de él. Quiero que ames la vida, tu vida, y que la disfrutes al máximo. Quiero que ahora y siempre sepas que te amo.
martes, 25 de febrero de 2020
viernes, 14 de febrero de 2020
Observo por la ventana, el jardín ya no es un jardín. No hay nogales, no hay rosas, no hay tuyas, no hay sembradíos de cilantro ni matas de chile piquín, no hay vincas ni amor de hombre. El caminito de color rosa que cruzaba el jardín fue reemplazado por estacionamiento de concreto. El farol que alumbraba al jardín por las noches ya no existe. Adentro de la casa, la sala ya no tiene ese panel de madera oscura en las paredes. Su color es diferente, más claro. Y aquella alfombra sobre la que solía caminar descalza ha desaparecido.
jueves, 13 de febrero de 2020
miércoles, 12 de febrero de 2020
viernes, 7 de febrero de 2020
Cinema Female Role Models
Cuando era pequeña, mi padre solía rentar películas de toda clase que veíamos en familia mientras comíamos palomitas. En muchas de ellas, algunas animadas, otras con actrices y actores reales, hubo personajes que se volvieron especiales para mí y me inspiraron de tal modo que gran parte de quien soy hoy en día, se lo debo a ellas...
Katy la Oruga
Gordita y glotona. Esta pequeña oruga me encendió el corazón por su valentía. Katy me encantaba además por intrépida y decidida. Es por ella que nació mi gusto por las mariposas, especialmente las de color azul. Y fue también por ella, quizá, que el deseo de volar se convirtió en una obsesión que continuamente, aún hoy en día, invade mis sueños. Su canción: Un día volaré, sigue siendo uno de mis deseos más profundos.
Yo sé que un día
muy pronto encontraré
un rinconcito en donde
pueda yo ser
Siempre dichosa
como el viento silbador
o cual la lluvia que canta
de flor en flor
porque en mi corazón
yo siento palpitar
algo que sin temor
un día ha de brotar
algo que en mi interior
no deja de crecer
que empieza a despertar
que libre quiere ser
Todos mis sueños
se han hecho realidad
dos alas grandes y hermosas
yo tengo ya
Alicia en el país de las maravillas
La ratoncita valiente
Cuando conocí a la Sra. Brisby yo era todavía una niña y no tenía idea de que un día, me convertiría en madre como ella. No podía pensar entonces en el amor maternal como una fuente de poder. Sin embargo, estaba otra vez esta parte de la valentía. Siendo una pequeña ratoncita, hizo frente a sus miedos. Alzó su voz ante las ratas, se enfrentó a Dragón (el gato) y creyó en la fuerza de su corazón de tal forma que su valentía le permitió usar el poder del medallón mágico para poner a salvo a su casa y a sus hijos e hijas del arado. Una de las frases de esta película que más hizo ruido en mi interior fue: "Puedes abrir cualquier puerta si posees la llave".
Mary Poppins
Sarah Williams (Labyrinth)
El personaje de Sarah me gustó por su imaginación desbordante, pero especialmente por la transformación que experimenta en la historia. Después de enfrentar un sinfín de pruebas: juegos mentales, acertijos difíciles e innumerables trampas a lo largo del laberinto, que constantemente cambia, su camino termina en una encrucijada: seguir soñando con cuentos de hadas o crecer y aceptar la realidad. Finalmente, Sarah abraza la realidad, tomando conciencia de quien es ahora y de que nadie puede decirle qué hacer o no. Sus decisiones son suyas. La realidad y la fantasía son suyas también. Y sólo ella tiene la llave para abrir la puerta a cualquiera de los dos mundos. De ella me quedo con la frase con la que vence a Jareth y su maquinación: "No tienes poder sobre mí"
jueves, 6 de febrero de 2020
Voy remando contra la espuma
Nada sé de poesía. Conozco la terrible mordedura de las estrellas, el crujir de las osamentas cuando el tiempo se desgaja, mi rostro volviéndose polvo frente al espejo, las migajas que quedan del cuerpo tras beber el sol desde la penumbra. Nada sé de poesía, más que el placer de cantar a través de la vida que se nos escapa.