No puedo seguir siendo dulce. Hay demasiado chocolate corriendo por mis venas. He intentado quedarme callada por tantos años, pero ahora el fuego me está quemando la garganta. Necesito gritar, que la música me llene los pulmones, que la luz del sol haga brillar todos mis huesos, que las plumas de las aves me permitan volar. Contemplar el azul del cielo sin cerrar los ojos.
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