Una nunca termina de vencer sus miedos. Estos viven acechando constantemente. A veces siento que si me descuido, un tigre me romperá el cuello. Otras veces, soy yo el león enjaulado, esperando la oportunidad de escapar para degollar a la primera presa que se me atraviese. Instintos, diría mi abuelo. Certezas, digo yo.
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