No importa cuántas máscaras se caigan o cuantas lunas llenas nos besen antes de desangrarnos. La vida no se irá a la basura. Habrá una palabra por cada latido. En cada latido una ráfaga de sol. Las mujeres no se sentarán ya a tejer muladares. Ellas hilarán el tiempo y el espacio. Escribirán versos en infinitos círculos.
La última página quedará grabada al final del túnel.
Su fuego no se extinguirá.
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