Querido hijo
En este mundo nadie es perfecto. A veces nos equivocamos y ese error nos duele. El dolor nos hace llorar y sentir tristeza. Pero eso es precisamente lo que nos convierte en humanos. Así que no temas equivocarte. Levántate y sigue tu camino. Sigue intentando. La luz llegará a ti, búscala con vehemencia en cada rincón, en cada suceso que experimentes. Yo estaré siempre contigo. Si sientes miedo, invoca a Dios. Y la respuesta que buscas resplandecerá ante tus ojos. Te amo, nunca lo olvides.
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