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lunes, 21 de octubre de 2024

 


Octubre es siempre un pasadizo secreto
donde mis pasos se pierden
será porque nací en el mes de los muertos
desde niña he mantenido los ojos en las tumbas
en las flores salvajes
mi adolescencia fue un eje mortuorio
mi yo adulta tocó el vértice de la descomposición
cada año mis huesos cantan
vibran con la última canción del otoño
me vacío de verdades y mentiras
me unifico
repito el silencio en la mirada
con la intención de tejer una brújula
llenarme los pulmones de sonidos tibios
dibujar absurdos
encender la vida mediante la palabra
incendiar el corazón

martes, 15 de octubre de 2024

Pienso en el silencio.

 


La forma persistente en que me persigue. La manera en que las sombras hacen su lucha por atraparme. El modo en que yo me resisto, no poniéndome en contra, sino nadando al ritmo del oleaje. Abrazando los días grises y los días de sol, abrazándome a mí misma. Octubre siempre es nostalgia, misterio y gozo. En ello pongo mi esperanza.

viernes, 11 de octubre de 2024




"Hay días en que amamos estar vivos"
- Socorro Trejo Sirvent -

Me recojo el pelo con delicadeza
sacudo mi cuerpo
lo extiendo al alba,
al ritmo de la música.
Hoy no hay piedras en los zapatos
ni lodo en la sangre,
hay pájaros y mariposas,
colores brillantes
al fondo de la garganta.
Hoy me quiero mucho
y ningún maleficio me hará caer
al abismo.

lunes, 7 de octubre de 2024

 



Mis poemas se resisten a la luz,
se enganchan
al horizonte en mis pupilas,
a los recuerdos rotos,
a los trozos de carne mutilada.

A veces,
sólo a veces,
salgo de mi sombra,
me arranco los ojos,
saco las vísceras,
me derramo en la hoja.

viernes, 20 de septiembre de 2024





"¿Eres muda?", me preguntó una vez. Me sentí confundida. "​N​o, no lo soy", respondí. "​Sí hablas. Es la primera vez que te escucho hablar", insistió​ sorprendida. Y es que por ese entonces, yo difícilmente cruzaba más de dos palabras con nadie. Saludaba con una sonrisa y respondía a monosílabos cuando me preguntaban algo​, pero era todo. Esa fue la primera interacción que tuve con ella. ​Y desde ese momento me dio la impresión de ser una mujer muy fuerte. No​s cruzamos ​n​uevamente años después, cuando su cáncer estaba ya más avanzado​, su cuerpo más deteriorado, pero no su semblante ni su sonrisa. ​A través de una breve entrevista, nos compartió sus años de lucha y sus consejos preventivos. Supe entonces que no me había equivocado sobre ella. En verdad era una mujer fuerte y valiente. Amante de la vida. La vi de vez en cuando en uno que otro evento, siempre luminosa y radiante. Así la conocí y así la recuerdo. Hoy me enteré que finalmente terminó su batalla, pero no la perdió nunca. Porque hasta el último momento brilló intensamente. Vaya hasta el cielo un abrazo para Gioconda. Y gracias, por ayudarme a alzar la voz.


Q.E.P.D




jueves, 5 de septiembre de 2024

Me gusta dialogar con los poemas

cortar retazos aquí y allá
coserlos minuciosamente
a los pliegues de mi cuerpo,
porque ¿qué son las palabras
sino aullidos en un espejo?
Erigir mundos no es sencillo,
hay qué rasparse las rodillas,
tomar harto aire
antes de entrar al acto creativo.
Esto es lo que hago en la poesía,
convertirme en pájaro que vuela,
practicar la regurgitación.
Escribir es para mí
el único método seguro
de cortar las venas de tajo
sin que la sangre se derrame
sin sentido.

miércoles, 28 de agosto de 2024

 



"Y era extraño verlo feliz,
verlo
era extraño.
Como si haberle dado la muerte al conejo
fuera
otra manera de expresarse, otro modo de dar
vida
como cuando me dio mi madre al mundo".
- A. E. Quintero -

Leo el poema y pienso en mi abuelo,
en sus ojos borrados,
en su piel chocolate,
en sus manos que eran roca y caricia.
Nunca hablamos mucho, pero sí reímos,
reímos juntos en el lomo del caballo.
Varias veces traté de seguir sus huellas en el monte,
pensaba que así podría parecerme un poco a él,
tan sereno, tan sabio, tan inocente.
Extraño esos días bajo las estrellas,
las paredes blancas de la casa,
el balde de agua matutino
y el aullido nocturno del coyote.
Nunca más podré volver a ese instante,
pero en verdad sé
que cada vez que la luna se alza en el cielo
su sonrisa nos envuelve el alma,
el sol nace en la punta de mis dedos,
paseo entre sueños cabalgando con mi abuelo,
bailan en mi pecho pequeñas luciérnagas.

jueves, 6 de junio de 2024

Hechas en la Frontera

 Gracias a Vero Ibarra y a Tere Esparza por la invitación. 


HECHAS EN LA FRONTERA

Aporta ‘palabras de luz’ a la Mujer

Por Verónica Ibarra
En ocasiones, es difícil encontrar las palabras correctas al hablar de los sentimientos en voz alta.
Escribirlas es una gran alternativa. Así fue como Linda Alexandra González Gutiérrez, neolaredense y comunicóloga de nuestra localidad, decidió expresar sus emociones.
El libro se llama “Palabras de Luz sobre los Silencios”, una edición que recoge poemas de su autoría, escritos a lo largo de más de 10 años. Es el tercer número de la colección Loba Madrina, Literatura Escrita por Mujeres, de Ediciones Morgana México, que coordina la también escritora Marisol Vera Guerra.
Las ilustraciones son de la artista visual y escritora, Lorena Hernández y contiene comentarios de la poeta y activista Cynthia Rodríguez Leija.
“Siempre me ha gustado escribir, especialmente poesía, porque en ella he encontrado un puente hacia mi misma y el mundo. Pero muchos de esos escritos permanecieron en el anonimato por mucho tiempo por distintas razones, principalmente, por miedo.
Desde que conocí a Marisol, allá por el 2009, supe que de animarme a publicar un libro algún día, ella sería mi editora. Años después, me invitó a formar parte de la Colección Loba Madrina y entonces supe que había llegado el momento de sacar mis textos a la luz. De ahí el título del libro, frase que también forma parte de uno de los poemas contenidos en el mismo”, explicó González Gutiérrez.
El libro contiene poemas de corte confesional que abordan la violencia de género, textos escritos con el corazón a puerta cerrada, sin más escrutinio que el de la propia consciencia, pero elegidos minuciosamente de todo un legajo de trabajo escritural de años.
“Lo más difícil fue justamente decidir romper el silencio ya que, muchos de los poemas contienen vivencias personales.
Una vez que di ese paso, todo lo demás se fue integrando maravillosamente hasta que el libro vio la luz, con el apoyo de grandes mujeres amigas que me acompañaron en todo el proceso”, agregó la entrevistada.
Conoce más de ella en su blog: https://lindagonzalezg.blogspot.com/



martes, 4 de junio de 2024


Para Jesús Israel


Recuerdo esa noche
debajo de los juncos,
tu cabecita húmeda
igual que mis ojos,
la primera palabra
que rompió el silencio.
¿Qué sabíamos entonces de la furia?
¿Qué pod​íamos decir de las sombras?
En mi mano anidaba la esperanza,
en la tuya, el misterio.
A partir de ahí lo descubrimos todo
empuñamos el hierro
contra los monstruos
contra las voces de ultratumba
nos caímos del sol
rodamos hasta la nieve
nos quedamos abrazados
como si el tiempo
no hubiese transcurrido nunca
eras de nuevo una estrella
y yo una nube de agua
lista para dejar caer la lluvia
sobre tus párpados.
Otra vez es de noche
pero la luna no traerá ya
a sus espectros
mi boca absorberá la tormenta
yo misma abriré la puerta
para que eches fuera todos los miedos
y dejes entrar a tu alma
​e​l brillo de las luciérnagas







miércoles, 31 de enero de 2024


El jardín de los abuelos siempre fue mi sitio más seguro. Cierro los ojos y vuelvo a él con el alma llena de alegría. Me abraza el olor del nogal y las rosas, la sedosa textura del césped, la rara sensación de las tuyas. ¿Dónde está esa niña de ojos grandes y traviesos? ¿Cuántos soles pasarán antes de que vuelva a abrazar esos días? Las infancias del presente no reconocen estas voces. Cierta tristeza me invade cuando pienso en esto, aunque a ellas no parece importarles. Siempre aparentan estar felices. Tal vez haya un jardín que nosotras no hemos visto. Un lugar paradisíaco al que no tenemos acceso. Quizá, como en las redes, para entrar se necesita una contraseña. O tal vez solamente hay que poner tierra y semillas en sus manos. Una palabra de aliento en su corazón.

martes, 30 de enero de 2024


A veces la poesía fluye como manantial. Otra veces no hay tiempo de otra cosa más que adherirse a lo planeado y sacar adelante los pendientes. Ya habrá un momento para desmembrar el alma. Mientras tanto, me rebelo. Acudo a las letras porque la vida depende de ello. Así que escribo, me extiendo en la hoja. Entro en comunión con la palabra. Soy la palabra.

viernes, 26 de enero de 2024



Mi lugar favorito de la casa es un sillón viejo y ya casi sin resortes que se ha convertido en el lugar de encuentro con mi hija y mis hijos. Es ahí donde nos reunimos para platicar, comer y ver películas o series en familia. Lo importante entonces, no es el objeto, sino lo que representa: La unidad, la fusión, el amor, lo infinito.

Tengo la fortuna de contar con un trabajo que amo y disfruto, que como todo, tiene sus exigencias, entre las cuales, el tiempo, es un factor crucial. La calidad, por lo tanto, es prioridad cuando se trata de mi familia.

Yo no sé mucho de nada, pero sí un par de cosas, como que un buen libro, es magia en las manos. Dibujar, pintar, modelar, crear collages, escribir cuentos, abre los sentidos y la puerta a la creatividad. Periódicamente, practico estas actividades con mis peques. Y cada vez que lo hago, aprendo más de ellos, gano sabiduría.

Ignoro cuán grande o pequeño es el impacto que esta acción tendrá en sus vidas.. Deseo con todo mi corazón que sea profundo y permanente. Siempre estaré ahí cuando me necesiten. Habrá un día, sin embargo, en que no me será físicamente posible. Mi anhelo es que para entonces, la semilla haya echado raíces y sus días sean verdes y luminosos. Que puedan compartir más adelante estos obsequios. Sin duda, eso hará del mundo un sitio mejor. Con suerte, elijan su propio lugar favorito y aunque sea uno nuevo, junto a otras personas, de vez en cuando, en un pequeño huequito, el viejo sillón de la casa vuelva a su memoria fugazmente y les haga sonreír.

jueves, 25 de enero de 2024



Tengo una amiga a la que, desde el momento en que la conocí, adopté como hermana. De niñas, ambas tuvimos siempre más o menos la misma estatura y complexión, nuestro cabello castaño y largo hasta la cintura, era también, por aquél entonces, muy similar, las dos tenemos un lunar cerca del ojo. Ella se llama Alejandra y yo también, aunque con X. "Cuatas", nos decían, y casi siempre andábamos juntas. Su madre, se convirtió en mi segunda madre. Tan cercanas, que si ella no estaba en mi casa, yo estaba en la suya. De día o de noche. Si hay un momento de mi niñez que recuerdo con mayor afecto y nostalgia, es precisamente esa época. Nosotras dos contra el mundo, jugando, sonriendo, cantando.

Nunca he perdido total contacto con ella, pero el tiempo, las decisiones que cada una tomó y las circunstancias de la vida nos llevaron por distintos caminos. Yo vivo en México y ella en Estados Unidos. Son contadas las veces en que podemos reunirnos de manera presencial e incluso de manera virtual, pero de una forma u otra, ambas sabemos que en el pensamiento de la otra, siempre estamos presente. En mi corazón, ella tiene y tendrá siempre un lugar privilegiado. Se ganó ese sitio por ser quien es: Un ser maravilloso. Y la mujer en la que se ha convertido no hace sino afianzar ese lugar.

Hace poco, Alejandra recibió una muy mala noticia y a partir de ese momento, su vida ha dado un giro de 180 grados. Mis circunstancias no me permiten estar físicamente a su lado. Afortunadamente, la tecnología ayuda a acortar las distancias y estar al día de lo que sucede con ella. En estos momentos está teniendo la peor batalla de su vida. Imagino que a veces, a pesar de todo el apoyo y amor que recibe de toda persona que la conoce, llega un momento en que se puede llegar a sentir triste o sola. Sin embargo, sé con certeza que eso no la detiene, nunca la ha detenido y jamás la detendrá. Porque es la chica más fuerte y valiente que conozco. Siempre con una palabra de aliento en su boca, siempre fuego y alegría, siempre amor vivo que se derrama en todas y en todos.

Mientras escribo esto, le están dando su sexta quimioterapia. Se ha ausentado del mundo temporalmente y no tiene idea, aunque sí lo sabe, de cuántas personas estamos haciendo oración para que salga adelante y se recupere. Tengo Fe de que abrirá nuevamente los ojos y cuando lo haga, habrá ganado otra pequeña victoria. Mi corazón estará con ella cuando suceda. Más tarde, cuando tenga oportunidad, espero que lea esto y en su mente, escuche esa canción del grupo Pesado que cantamos juntas muchas veces:

Siempre que tu quieras yo estaré contigo
Cuando te sientas sola y necesites de un amigo
Cuando el mundo entero se venga sobre tu espalda
Y sientas que no hay nadie solo acuérdate de mí
Tu sabes que estoy lejos más no afecta la distancia
Cuando tengas un problema solo acuérdate de mí
Que yo te ayudaré
Por que siempre has sido toda la razón de mi existir
Por que en ti puse el cariño y mi esperanza cuando yo
Aún estaba contigo y aprendíamos a vivir
No te dejes vencer
Echa todo tu coraje y levántate otra vez
Desde otra parte seguiré a cada paso tu vivir
Y cada vez que veas al cielo solo acuérdate de mi

​Te amo querida hermana 💗



miércoles, 24 de enero de 2024


Desde hace tiempo ronda en mi cabeza la idea de escribir algo más, algo profundo, que tenga sentido, pero cada vez que estoy ante la hoja en blanco pienso que no hay nada interesante ni sensato que pueda compartir y que si lo hago, alguien dirá que son puras tonterías o simplemente pasará de largo la lectura por otro tema que sí sea interesante. He leído que no se puede escribir sobre lo que no se sabe, por lo tanto, para poder escribir, necesito enfocarme en lo que conozco.

Reflexiono sobre mi comportamiento. Hay días en que la luz me envuelve como un torbellino, el cielo es azul intenso y la sonrisa aparece en mis labios sin que la invoque. Me siento viva, con energía y por lo tanto, no pienso en hacer, sino que hago muchas cosas sin mayor esfuerzo y me siento contenta con los resultados. En esos días abunda la música, canciones de letras importantes para mí. Hay otros días, en cambio, en que el silencio es casi permanente. Quiero hacer muchas cosas, pero no puedo concentrarme en ninguna, soy presa de la disociación. Cumplo con las funciones más vitales, pero mi mente y mi cuerpo funcionan por separado, a cuenta gotas. Otros días, los más oscuros acaso, me invaden recuerdos dolorosos, una sensación de ahogo y pesadumbre, cierto placer ante el dolor. Y me dejo arrastrar por ese sentimiento.

Después de cierto tiempo, el cuerpo y la mente se cansan y me lo hacen saber de manera contundente, a veces con un dolor de cabeza, otras con visión borrosa, con el corazón agitado o con la presión tan alta que marea. A veces mi piel se irrita y se vuelve roja como la sangre, otras veces sólo quiero dormir y otras más la alergia me cierra la garganta y apenas puedo respirar.

Tras una pausa obligatoria para atenderme y prestar atención a lo que cotidianamente decido o las prisas me obligan a ignorar, me enfoco de nuevo, cierro los ojos, respiro profundamente, escucho de verdad. A esto le sigue un periodo de paz y armonía de mí misma con el mundo, me dan ganas no solo de cantar sino bailar, sentir el viento en la cara. Me asombro de lo más ordinario.

Hago cosas que disfruto: leer, escribir, escuchar música, no siempre en ese orden. Me sincronizo con la naturaleza, recupero mi naturaleza, me siento libre, me siento feliz.

Muchas veces, cuando entraba en mi periodo oscuro, y comprendía que ya había pasado por ahí, me asustaba. Me daba miedo que hubiera algo malo en mí, que estuviera perdiendo la cordura. Poco a poco he aprendido a minimizar esta angustia, pues sólo me genera estrés e imposibilita el camino de regreso a la luz. A paso lento, incluso con trastabilleos, me he vuelto más comprensiva y paciente conmigo misma. Eso me ayuda a aceptarme como soy, con todos los altibajos que eso implica. Vivo la vida a mi propio ritmo, pongo atención a las pequeñas cosas. Y claro, no dejo de escribir.