viernes, 17 de noviembre de 2023
martes, 22 de agosto de 2023
miércoles, 16 de agosto de 2023
Cuando era niña, continuamente enfermaba de las anginas. La temperatura me subía a tal grado que para controlarla, tenían que bañarme en una tina con hielo. Siempre fui flaquita, hasta que llegué a la adolescencia, cuando mi cuerpo comenzó a cambiar. Poco a poco fui subiendo de peso. En cierto punto, empecé a detestarlo. Me desagradaba sentarme y sentir los rollitos de carne y grasa desbordándose en la cintura de mis pantalones. Hice ejercicios, dietas rigurosas, dejé de comer e incluso caí temporalmente en la bulimia. Los años pasaron… madurar, los problemas de salud y mucho trabajo interno de autoconocimiento, me permitieron empezar a ver mi cuerpo de otra manera: escucharlo, sentirlo. Cosas que antes me era imposible detectar fueron haciéndose cada vez más evidentes. Aunque a veces, confieso, paso por alto esas señales. Últimamente había tenido mucho dolor en el brazo izquierdo. Como una hace cada vez que siente algún malestar, recurres a la automedicación y todos los remedios caseros posibles para sentirte mejor y continuar con tus labores diarias. Hoy comprobé que eso es un error. Es necesario escuchar y sentir realmente el cuerpo, este te habla, gime y grita que algo está mal y debe atenderse en tiempo y en forma. Siguiendo los consejos de una querida amiga, recurrí a un médico a recibir atención. Los malestares, sin embargo, no se fueron. Así que escuchando esta vez mi propia conciencia, fui por una segunda opinión. Ahora tengo por fin un verdadero diagnóstico y un tratamiento adecuado. Al igual que cuando me enfermaba de las anginas, el hielo, vuelve a ser mi salvación. Espero mejorar en los próximos días. Pero todo esto me lleva a lo siguiente: Por mucho tiempo odié mi cuerpo y lo maltraté de muchas formas. Mi cuerpo, en cambio, ha sido generoso conmigo, ha soportado umbrales de dolor altísimos, torturas por parte de mis malos hábitos y decisiones, situaciones incómodas o dolorosas a las que por diversas razones lo he sometido. Tengo mucho que agradecer a mi cuerpo. Es la primera vez en más de 40 años que puedo verme completa al espejo y sin importar las dolencias, el volumen, la grasa, la celulitis, las estrías, las manchas, las cicatrices, y todas esas marcas históricas que me ha dejado la vida, sonreír.
sábado, 24 de junio de 2023
Como filo de navaja
la obsesión ataca con siniestro anhelo.
Una serpiente desciende por mi cuerpo,
se enrosca en la garganta,
inyecta su veneno.
Esa otra que no sabe de mí
es incapaz de pronunciar palabras.
Esa otra que no sabe de mí,
tiembla.
El siseo se fortalece,
las escamas se multiplican,
el silencio se expande.
Algo penetra en la nuca,
algo monstruoso se filtra en la retina,
el gemido escapa de los labios.
El mundo gira,
los huesos quedan atrapados,
eso que no tiene nombre
se desplaza hacia adentro.
La obsesión encuentra de nuevo mis pulmones,
el deseo de volar a ese paraje
donde el rojo de los cerezos
florece.
miércoles, 7 de junio de 2023
martes, 16 de mayo de 2023
como un grillo,
un pequeño conejo
o el viento que azota la ventana.
Lo veo ahora, a través de la lluvia,
convertido en ceniza,
en una uña encarnada,
escondida en el zapato.
¿Quién dice que el poema
no vive en los charcos de lodo,
en las moscas
o en la muerte?
¿Quién dice que el poema
no puede saltar
de un cuerpo a otro,
respirarse en el hedor
que despiden las amortajadas
o el canto de los pájaros en primavera?
¿Quién dice que romperse
no es otra forma de escribir un poema?
miércoles, 8 de marzo de 2023
Agradezco públicamente a todas aquellas mujeres que en algún momento de mi vida han derramado sobre mí su luz e incluso su oscuridad. De cada una de ellas, he aprendido algo. Me siento afortunada por cada mujer que se ha cruzado en mi vida: mi madre, mi hija, mis abuelas, mis tías, mis primas, mis sobrinas, mi madre y mi hermana adoptivas, mis amigas, mis compañeras de trabajo, mujeres escritoras, mujeres poetas, mujeres conocidas, mujeres con las que he convivido temporalmente en algún espacio, mujeres que ni siquiera conozco pero de alguna manera forman parte de mi historia. A cada una de ellas, mi sincero agradecimiento. He aquí mi deseo para todas ustedes: que vivan libres y felices. Un abrazo a todas.
viernes, 3 de marzo de 2023
También he tenido días grises. Días en los que el sol, por más que lo llamara, para mí no aparecía. En esos días, en que la noche estaba siempre presente, yo no podía respirar. No quería respirar. Deseé y busqué la muerte en todas sus formas. Creí que no había ninguna luz a mi alcance. Me costó trabajo, pero poco a poco recordé cómo bailar y me puse mis zapatos rojos. La luz no estaba afuera de mí sino en mí misma. Cuando descubrí esto, entendí que todo era posible, aprendí a amar los días oscuros. Dejé de tenerle miedo a mi sombra. Abracé mi sombra. Y desde entonces, no he vuelto a pelear con ella. Ahora entiendo que la vida es una serie de código binario. Y yo soy la luz que crea los colores.
jueves, 2 de marzo de 2023
miércoles, 1 de marzo de 2023
Mi recuerdo más vívido sobre el chocolate tiene que ver con mi abuela, con el betún con que adornaba los pasteles de vainilla que solía hornear para nosotros cuando éramos niños. También con la nieve que siempre nos servía en una copa de vidrio amarillo, adornada con galletas de nieve. Fueron este tipo de cosas las que prendieron en mí el amor por la cocina. Son este tipo de cosas las que me hacen sentir feliz y en casa.
lunes, 27 de febrero de 2023
lunes, 13 de febrero de 2023
Hay un sentimiento de dulzura en mi pecho, por hoy no siento dolor, hoy me siento amistosa y alegre.
domingo, 12 de febrero de 2023
Hoy me descubrí hundida en la niebla. No he de quedarme aquí, en el rincón de las heridas, no seré más la oscura sobreviviente. Caminaré descalza hasta tocar la punta del cielo y adentrarme en el laberinto de todo lo que puede ser posible. Usaré el lápiz como insulina, como espada de fuego ante las sombras, para que cada poema que escriba viva, brillante, como el oro.
sábado, 11 de febrero de 2023
- Sylvia Plath -