Octubre siempre sabe a melancolía. Un aroma de recuerdos agridulces se esparce en las entrañas, lunas de plata reluciente. En estos días se asoman gatos, brujas y fantasmas, árboles de bronce y vientos que cantan. Misterio y hechizos. Detrás de los párpados, el fulgor de las dracónidas. En el fondo del corazón, la belleza de las estrellas que surgen del caos.
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