Mi madre cae de bruces en el baño de su casa. Se quiebra la mandíbula. Aún con el hueso roto pide ayuda. Me ve directo a los ojos (me ve). Yo la veo aterrada, paralizada, desde la puerta. Está desnuda y su cuerpo se cae a pedazos. Primero su quijada, sus manos, sus brazos. La puerta se cierra y se vuelve a abrir. Los miembros de mi madre dispersos en el piso comienzan a unirse de nuevo. En la piel le quedan marcas como de costura. Cuando su cuerpo está completo otra vez, despierto.
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