domingo, 31 de marzo de 2019
Hoy emprenderé el viaje. Comenzaré por sacar los trapos más sucios. Los que llevan amontonados demasiado tiempo en el rincón más oscuro de la casa. Como esos recuerdos en donde yo era todavía una niña que paseaba en bicicleta con las rodillas raspadas y preparaba pastelillos de lodo para jugar a las "comadritas".
sábado, 30 de marzo de 2019
jueves, 28 de marzo de 2019
miércoles, 27 de marzo de 2019
viernes, 22 de marzo de 2019
Debo entrar a mi cabeza y arrancar de ahí todas las palabras posibles, hacer con ellas ramilletes de flores o esqueletos de pájaros. La sed de poesía me quema el paladar. En casa y en el cuerpo, hay un cansancio letal. En el alma, tengo el deseo de seguir nadando. Guardo la esperanza de que al tocar el fondo del océano, una lluvia de burbujas salinas me transporte a la alegría.
viernes, 8 de marzo de 2019
Hoy
Enfrenta tus miedos, eres más grande que todos tus temores.
Dios (cualquiera que sea su nombre) está contigo, quién contra ti.
Abraza a tus hermanas, haz nuevas amigas.
Arriésgate, usa tu voz.
Alégrate, comparte tu felicidad.
Sé honesta contigo misma.
Vive, ayuda a vivir.
Dios (cualquiera que sea su nombre) está contigo, quién contra ti.
Abraza a tus hermanas, haz nuevas amigas.
Arriésgate, usa tu voz.
Alégrate, comparte tu felicidad.
Sé honesta contigo misma.
Vive, ayuda a vivir.
miércoles, 6 de marzo de 2019
"Todas las muñecas tienen un nombre y una dueña. Son nuestro reflejo hecho plástico. Depositarias de sueños y aspiraciones, temores y deseos, poseen su propia historia".
- Ana Elena Pena -
Recuerdo haber tenido una muñeca que tenía el rostro como un bebé de verdad. Cuando era niña, me gustaba cubrirla con una manta y mecerla entre mis brazos mientras le cantaba una canción de cuna. Sentía la necesidad de protegerla. No sé qué fue de esa muñeca, pero al día de hoy no se ha borrado de mi mente. Sigue viva en mis recuerdos. Sus secretos también.
- Ana Elena Pena -
Recuerdo haber tenido una muñeca que tenía el rostro como un bebé de verdad. Cuando era niña, me gustaba cubrirla con una manta y mecerla entre mis brazos mientras le cantaba una canción de cuna. Sentía la necesidad de protegerla. No sé qué fue de esa muñeca, pero al día de hoy no se ha borrado de mi mente. Sigue viva en mis recuerdos. Sus secretos también.
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